Poco más de dos años atrás, el gobierno de Ecuador presentó un ambicioso plan de conservación y desarrollo alternativo para Yasuní, una de las áreas con más riqueza biológica del mundo: el país propuso no explotar las reservas petroleras que se encuentran en la zona a cambio de que países desarrollados pagaran un equivalente a la mitad del dinero que recibiría si lo hiciera.

Pero indica The Guardian que aunque el programa de desarrollo de la Organización Naciones Unidas aceptó administrar el fondo para este plan, si la organización no realiza un pago de al menos 100 millones de dólares al gobierno de Ecuador para diciembre, se dará autorización a una empresa china para comenzar con la explotación.

Hasta el momento han colaborado con la causa Chile, Perú, España e Italia, los primeros ofreciendo donaciones simbólicas, el tercero destinando un millón de euros e Italia condonando 35 millones de euros de deuda. Pero el monto reunido de 40 millones no llega a la suma que se necesita.

Se estima que debajo de este parque nacional yacen mil millones de barriles de petróleo, equivalentes al 20% de las reservas nacionales y valuados en siete mil a diez mil millones de dólares. Explotar esta área traería al país enormes beneficios económicos.

Pero seis kilómetros cuadrados de Yasuní contiene alrededor de 47 especies de anfibios y reptiles, 550 clases de pájaros y 200 tipos de mamíferos. En una hectárea de la reserva hay más especies de árboles que en todo Norteamérica. Y estos son sólo algunos datos relacionados a la biodiversidad del lugar, que sería destruida si se llevaran a cabo los planes de explotación.

Al margen del desarrollo petrolero, la reserva podría servir para investigaciones científicas, especialmente para la industria farmacéutica. Sin embargo, quedan pocos meses antes de diciembre y países y particulares no han donado lo suficiente.

Si el plan B del gobierno avanza y se da comienzo a la explotación, lo más complejo de aceptar probablemente sea que esto quizá no se traduzca en desarrollo para los pobladores.

El ex ministro de petróleo Alberto Acosta, un hombre que viene de la industria petrolera y quien fuera uno de los autores del plan alternativo para la reserva, señaló a The Guardian: “La realidad es que el petróleo no ha traído desarrollo. Nos ha traído contaminación y destrucción ambiental inmensas. Desde los años ’50s el impacto en la gente ha sido dramático. El petróleo no ha resuelto los problemas de Ecuador”.

Quienes quieran realizar una contribución, pueden hacerlo por medio del sitio Yasuni-itt.gob.ec o en el sitio del grupo de desarrollo de la ONU. Aunque lo estimulante sería ver a los gobiernos nacionales tomar responsabilidad por este paraíso intacto que todavía existe en el mundo.

¿Podrá Yasuní salvarse? ¿Son optimistas?

FUENTE | treehugger