En el trabajo participaron, junto con científicos y técnicos de varias universidades japonesas, los ingenieros Pedro Skvarca y Sebastián Marinsek, investigadores de la División Glaciología del Instituto Antártico Argentino (IAA) y de la Dirección Nacional del Antártico (DNA).
Según la noticia del diario Los Andes, el resultado de la investigación fue reseñado en un artículo de la revista científica Nature Geoscience bajo el título “Velocidad de hielo de un glaciar de desprendimiento, modulada por pequeñas fluctuaciones en la presión de agua basal”.
A partir del trabajo de campo se comprobó que “el aumento de la velocidad de flujo de hielo juega un papel muy importante en el retroceso significativo que sufren actualmente los glaciares de desprendimiento en Groenlandia, Alaska, Patagonia y Antártida”, explicó Skvarca. El artículo científico es el resultado de mediciones realizadas durante los veranos 2009 y 2010 en el Glaciar Perito Moreno, ubicado en el suroeste patagónico.
Este “glaciar de desprendimiento” que termina en el Lago Argentino, en Santa Cruz, es uno de los glaciares más conocidos y visitados del mundo no sólo por su extraordinaria belleza sino también por formar diques de hielo, seguidos de espectaculares rupturas.
“Es un glaciar en estado de equilibrio, en contraste con la mayoría de los glaciares patagónicos y del mundo, que están en notorio retroceso”.
Por terminar en el agua, los “glaciares de desprendimiento” fluyen mucho más rápido que los que terminan en tierra porque el movimiento basal del hielo aumenta con la presión del agua subglacial, indicó Skvarca, quien se desempeña como Jefe de la División Glaciología del IAA.
Para comprobar la hipótesis de estudio, los científicos realizaron en febrero y marzo de 2010 dos perforaciones de 515 metros de profundidad hasta el lecho del glaciar, donde más del 60 por ciento de hielo se encuentra por debajo del nivel del Lago Argentino. Las mediciones demostraron que los niveles de agua en ambos pozos estaban muy por encima del nivel del lago, descartando suposiciones previas que igualaban el nivel del agua en pozo con el nivel del lago.
“Este descubrimiento junto con la estrecha correlación entre la velocidad de hielo y la temperatura del aire hacen que los glaciares de desprendimiento sean muy susceptibles a los cambios del clima”, puntualizó el científico.
“Si la velocidad del hielo aumenta con el incremento de la temperatura del aire, aumenta la pérdida de hielo, provocando el adelgazamiento del glaciar. Este adelgazamiento a su vez reduce la presión efectiva, que resulta en una nueva aceleración”, agregó.
FUENTE | www.apfdigital.com.ar
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