Del mar no sólo viene la vida. Esa masa de agua que ocupa un 70% de la superficie de nuestro planeta es también una fuente inagotable de energía que además es limpia y no produce emisiones que puedan aumentar el efecto invernadero.
La buena noticia es que no existe solamente una sino varias formas de aprovechar todo ese potencial. La forma más común de conversión de energía marina a eléctrica se basa en el movimiento de las olas o de las corrientes marinas, como también el flujo inducido por la diferencia de alturas provocada por las mareas.
Por otro lado existen también tecnologías que aprovechan las diferencias de salinidad entre diferentes zonas o de temperatura entre diferentes capas de agua en el mar. Podemos encontrar más de 140 patentes a nivel mundial sobre tecnologías que aprovechan de una u otra manera el movimiento del mar para producir electricidad.
En el mundo algunos países han tomado la delantera en el desarrollo de estas tecnologías como son Escocia, Francia, Portugal y Canadá. A pesar de que son pocas las tecnologías que han llegado a una fase comercial, algunos gobiernos como estos siguen apoyando financieramente la investigación a través de centros piloto como el que tuve la oportunidad de visitar hace unas semanas.
Se trata del Centro Europeo de Energías Marinas (o EMEC por sus siglas en inglés, European Marine Energy Center). La sede del centro se encuentra en las islas Orkney, al norte de Escocia, una región más conocida por sus ovejas o su whiskey que por sus olas. Pero son estas últimas las que ahora han generado una verdadera industria que genera empleos y conocimiento que son aprovechados por empresas de otros países que llevan sus prototipos de máquinas para que sean probados allí.
El Centro es un excelente ejemplo de cómo la industria, el gobierno y la academia pueden trabajar de la mano con un fin común: el de desarrollar tecnologías amables con el medio ambiente, que no contaminan y acabar con la dependencia de los combustibles fósiles. Allí mismo en el Centro se encuentra la sede del único estudio de maestría en energías marinas en el mundo auspiciado por la Universidad de Heriot Watt, en donde los estudiantes pueden realizar sus trabajos de investigación con el centro o con las numerosas empresas que fabrican allí sus generadores.
En América Latina también tenemos un gran potencial de energía mareomotriz, en países como Chile o Brasil. El BID realizó un estudio de recurso marítimo para Chile en el que se demostró que sólo utilizando un 10% del potencial de energía de olas se tendría una capacidad mayor a la capacidad actual de generación en el sistema eléctrico chileno. Este hecho confirma la necesidad de comenzar a pensar en la energía mareomotriz como una fuente de electricidad renovable, local y limpia para asegurar un futuro energético sostenible.
Vía: Juan Roberto Paredes | Banco Interamericano de Desarrollo
El Servicio Meteorológico Nacional de Argentina dio un informe que dio cuenta del “aumento de la temperatura media del país, pero en la zona cordillerana de la Patagonia, Cuyo y el noroeste es donde observa los mayores incrementos. Leer Más
Estudio realizado por el Instituto de Investigación Agropecuaria a lo largo de cuatro años entrega lineamientos para el manejo adecuado de plaguicidas y así mejorar la situación de inocuidad de los alimentos que se producen en Chile Leer Más
“La Antártida pierde más hielo por la fusión de la parte inferior de las plataformas de hielo sumergidas de lo que se pensaba”. Así lo revela la investigación publicada por la revista Nature, en la que se informa que esto representa “hasta un 90% de la pérdida de hielo en algunas zonas”. Leer Más