Entomóloga explica que sólo hay silencio mientras entre las grietas brotan restos de los químicos usados para depurar el petróleo.
Por años la entomóloga, Linda Hooper Bui, profesora de la Universidad de Luisiana escuchaba en las dunas y pantanos de la costa de su estado los ensordecedores cantos de los insectos, pero ya no hay más, luego del derrame de petróleo de la Deepwater Horizon en el Golfo de México. Sumado a esto, y contrario a lo que se esperaba, los insectos siguen muriendo; ella explica el porqué de esta situación.
Hoy la entomóloga no siente más el canto de los cientos de ranas o los zumbidos y graznidos de los insectos y habitantes que la acompañaban mientras estudiaba las hormigas e insectos de las dunas y salinas costeras antes del derrame de 4,9 millones de barriles de crudo esparcidos en la zona del Golfo
Hooper explicó que ya han escuchado mucho tiempo decir que el petróleo en las costas dejó de ser tóxico “Bueno …, los insectos nos están diciendo algo diferente”, declaró en su reciente reporte de diciembre 2012. Pero aquí ella advierte que no sólo es el petróleo el que causa la muerte, sino los dispersadores del petróleo, ya que cuando estos brotan del interior burbujeando bajo el sol son tóxicos.
“No se trata sólo de petróleo, sino de dispersantes de petróleo, actividades de limpieza y los planes de restauración”, dice Hooper.
Ella estudió por años a las hormigas en los pantanos y estos datos fueron una gran referencia para el resultado de sus estudios. “Nuestro trabajo se centra en los insectos”, dijo Hooper-Bui. “Principalmente nos centramos en las hormigas, porque están estrechamente relacionadas con el suelo y las plantas”.
“En la temporada de derrames de petróleo, se produjo un descenso radical en casi todas las especies que buscábamos, incluyendo los insectos y las arañas”, dijo Hooper Bui y agregó que “fue catastrófico”.
Pero los insectos continúan muriendo ahora. “Los insectos se están muriendo y no entran en contacto con cualquier cosa, solo el aire. Hay algo tóxico”, y esto según la investigadora viene de los químicos con que trataron el petróleo, el cual brota bajo los sedimentos.
Esto se comprobó cuando la doctora Linda Hooper Bui y su equipo construyeron jaulas con alimentos e insectos para hacerlos flotar en la zona de las marismas, por lo que sólo debían estar en contacto con el aire de la marisma.
Según su reporte el pantano puede estar cubierto por las aguas de las mareas o por el agua impulsada por los vientos, pero otras veces cuando hay marea baja o fuerte viento del norte, el sedimento se expone al aire. Esto resultó ser la clave de la causa de las muertes masivas.
Este sedimento emerge como un ‘pavimento agrietado’ describe, Hooper Bui, y se ve en él una ‘superficie endurecida de aceite. La parte superior de esta superficie no es demasiado dañina para la vida vegetal y animal porque la mayoría de las toxinas ya se eliminaron y se degradaron a niveles aceptables, aclara la especialista.
“Lo que queda por debajo de la superficie endurecida es otra historia”.
Cuando la superficie se expone, el sol calienta el aceite, y este se seca hasta el punto de formar grietas, causando la exposición del aceite más suave debajo.
“El aceite que burbujea a través de las grietas es menos degradado y contiene muchos de los hidrocarburos de cadena corta”, señala la Universidad de Luisiana.
Por Anastasia Gubin – La Gran Época
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