Habitantes de la isla Rapa Nui cuentan que las colonias de corales son cada vez más escasas. La falta de control para su extracción y su uso en artesanías son las principales amenazas.

“Con mi ahora difunto marido íbamos a las pozas que se forman alrededor de la isla y podíamos sacar corales con total facilidad. Lo recuerdo con nostalgia, porque hoy el cambio de temperatura del mar ha hecho que los corales y otras especies ya no estén más en el borde. Nuestra isla ha cambiado”, dice la artesana María Magdalena Ika.

Ika tiene 64 años y creció observando uno de los ecosistemas marinos más diversos del país: con especies endémicas como el molusco pure y el alga parda. Esta artesana ha sido testigo de la extracción no controlada de corales, lo que, por una parte, amenaza la existencia de este recurso y, por otra, es defendida por isleños que la consideran necesaria para la economía local.

Es frecuente encontrar botes pesqueros cargados con peces y corales al acercarse a la caleta Hanga Roa O Tai, la principal de la isla. En ese sector es fácil, también, descubrir a artesanos recolectando conchitas para fabricar collares u otras artesanías.

Ika observa con preocupación este fenómeno y afirma que “hay que tener cuidado, para que nuestros productos del mar no se agoten”.

La directora del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) en la V Región, María Soledad Tapia, sostiene que se están analizando mecanismos para proteger las especies que pudieran verse amenazadas. “Se está trabajando una declaración voluntaria para turistas nacionales y extranjeros, para que declaren en el aeropuerto que lo que llevan es como recuerdo y no para comercializar”.

Además, la institución realizará capacitaciones a los pescadores y artesanos de la isla, centros de turismo y buceo. “Trabajar en conjunto es fundamental para que se comprenda la relevancia del cuidado de esta especie original de la isla”, añade.

Hasta que no entre en vigencia la declaración voluntaria, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Isla de Pascua no cuenta con un plan que limite la salida de corales y conchas desde Rapa Nui. “Actualmente, el Servicio no ejerce regulación alguna sobre la extracción, transporte y comercio de corales en el territorio. Como también, a la fecha, desconocemos detalles del tipo de coral, especie o nombre científico de lo que se extrae”, señala el jefe de la oficina del SAG insultar, Eric Guital.

En febrero de 2011, la ONG Oceana y National Geographic organizaron una expedición científica sobre la zona de corales de Rapa Nui.

El estudio submarino arrojó que la bahía de Hanga Roa estaba cubierta por corales en buen estado, lo que implica que un 53% del fondo marino de Isla de Pascua está ocupado por corales vivos bien conservados. A pesar de aquello, les pareció preocupante que la abundancia de peces fuera allí tres veces menor que en la isla Sala y Gómez.

En cuanto a la comercialización no regulada de los corales de Pascua, el director de la Organización Oceana, Alex Muñoz, manifiesta que “los corales son esenciales para permitir la reproducción y desarrollo de los peces y especies como la langosta”.

Añade que “debería estar prohibida su extracción, no sólo para proteger los corales, sino para recuperar los recursos marinos de la isla que están agotándose”.

María Magdalena Ika asegura que para los artesanos es complicado ponerse de acuerdo en cómo enfrentar el tema de la comercialización. Por un lado, quieren proteger sus recursos, para que estos no se agoten, pero, por otro, saben que requieren del turismo.

“Es necesaria una regulación. Sería una pena que en la isla nos fuéramos quedando cada vez con menos recursos naturales. En el caso de los corales es fundamental, porque demoran en reproducirse”, resume.

FUENTE | diario.latercera.com